La
Sociedad de Tórax Americana (ATS) y la Sociedad Europea de Respiratorio (ERS)
definieron la rehabilitación respiratoria (RR) como una intervención
multidisciplinaria basada en la evidencia en pacientes portadores de
enfermedades respiratorias crónicas, que son sintomáticos y que a menudo tienen
disminuida su capacidad física, integrada en el tratamiento individualizado del
paciente, con el propósito de reducir los síntomas, mejorar la capacidad
funcional, aumentar la participación y reducir los costos asociados al cuidado
de la salud, estabilizando o revirtiendo las manifestaciones sistémicas de la
enfermedad. Los programas de rehabilitación respiratoria incluyen la evaluación
del paciente, ejercicios de entrenamiento muscular, educación y apoyo
psicosocial.
Esta
definición está más bien enfocada a personas con enfermedades respiratorias que
requieren de una rehabilitación respiratoria, pero, ¿Qué ocurre con nuestro sistema
cardiopulmonar conforme vamos envejeciendo? Con la edad, se produce una
disminución de la frecuencia cardíaca máxima probablemente por retraso del
llenado ventricular debido a un aumento de la rigidez parietal, del gasto
cardíaco máximo (por disminución de la frecuencia cardíaca máxima y por
disminución de la contractibilidad) y de la perfusión coronaria sin gran efecto
funcional. El volumen pulmonar estático y dinámico disminuye con la capacidad
vital (del 4 al 5 % por década) y se acompaña de la disminución del umbral de
disnea. Existe igualmente una disminución de la VO2 máximo; la edad
intervendría en un 7 %, siendo los demás factores: la disminución de la
actividad, la disminución de la masa muscular, el aumento de la incidencia de
patologías, etc.
Finalmente,
si bien el envejecimiento del aparato toracopulmonar interviene en la
disminución de la potencia aeróbica, el principal factor limitante es el
transporte cardiovascular del oxígeno. Esto
ocurre porque con la edad la fuerza de los músculos respiratorios es menor.
También existe rigidez, pérdida de peso y volumen, y eso produce un llenado
parcial de los pulmones. Hay alteraciones en el parénquima pulmonar debida a la
pérdida del numero y del calibre de los capilares interalveolares con una
disminución de la presión parcial de oxigeno, afectando a la ventilación
pulmonar y difusión alveolo capilar. La distensibilidad de la pared torácica
disminuye de manera gradual al avanzar la edad, probablemente como consecuencia
de la osificación de las articulaciones condrocostales, el incremento del
diámetro anteroposterior del tórax, la cifosis y aplastamiento vertebral. La
respuestas a la hipoxia y a la hipercadmia disminuyen con la edad por este
motivo los ancianos son más vulnerables a la reducción de los niveles de
oxigeno.
Además asociados
al hecho de envejecer se producen también otros
cambios importantes como son la disminución de la capacidad física,
aumentando las posibilidades de alteraciones posturales y pérdida de movilidad
articular y flexibilidad y de deterioro de la capacidad funcional, aspectos que
pueden agravarse como consecuencia de ciertos hábitos adquiridos y de la
inactividad. Todo ello tiene como consecuencia una evidente disminución en la
calidad de vida, generando una mayor pasividad y dependencia de los demás, no
solo en lo físico y funcional, sino también en aspectos psicológicos.
La
condición muscular es uno de los componentes de la condición física, y durante
muchos años se ha reconocido su importancia en la realización de actividades,
sobre todo en la edad avanzada ya que mover objetos, desplazarse, levantarse,
subir escalones, etc., puede verse afectado generando dependencia. Así, una mejora
de la fuerza, aunque sea pequeña, puede provocar cambios en la capacidad
funcional que ayuden a conservar la independencia y a la realización de forma
mas autónoma de las actividades básicas de la vida diaria (ABVD), motivo por el
cual el estudio de la condición muscular es de especial interés.
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