jueves, 20 de diciembre de 2012

Rehabilitación respiratoria y envejecimiento.


La Sociedad de Tórax Americana (ATS) y la Sociedad Europea de Respiratorio (ERS) definieron la rehabilitación respiratoria (RR) como una intervención multidisciplinaria basada en la evidencia en pacientes portadores de enfermedades respiratorias crónicas, que son sintomáticos y que a menudo tienen disminuida su capacidad física, integrada en el tratamiento individualizado del paciente, con el propósito de reducir los síntomas, mejorar la capacidad funcional, aumentar la participación y reducir los costos asociados al cuidado de la salud, estabilizando o revirtiendo las manifestaciones sistémicas de la enfermedad. Los programas de rehabilitación respiratoria incluyen la evaluación del paciente, ejercicios de entrenamiento muscular, educación y apoyo psicosocial.

Esta definición está más bien enfocada a personas con enfermedades respiratorias que requieren de una rehabilitación respiratoria, pero, ¿Qué ocurre con nuestro sistema cardiopulmonar conforme vamos envejeciendo? Con la edad, se produce una disminución de la frecuencia cardíaca máxima probablemente por retraso del llenado ventricular debido a un aumento de la rigidez parietal, del gasto cardíaco máximo (por disminución de la frecuencia cardíaca máxima y por disminución de la contractibilidad) y de la perfusión coronaria sin gran efecto funcional. El volumen pulmonar estático y dinámico disminuye con la capacidad vital (del 4 al 5 % por década) y se acompaña de la disminución del umbral de disnea. Existe igualmente una disminución de la VO2 máximo; la edad intervendría en un 7 %, siendo los demás factores: la disminución de la actividad, la disminución de la masa muscular, el aumento de la incidencia de patologías, etc.

Finalmente, si bien el envejecimiento del aparato toracopulmonar interviene en la disminución de la potencia aeróbica, el principal factor limitante es el transporte cardiovascular del oxígeno. Esto ocurre porque con la edad la fuerza de los músculos respiratorios es menor. También existe rigidez, pérdida de peso y volumen, y eso produce un llenado parcial de los pulmones. Hay alteraciones en el parénquima pulmonar debida a la pérdida del numero y del calibre de los capilares interalveolares con una disminución de la presión parcial de oxigeno, afectando a la ventilación pulmonar y difusión alveolo capilar. La distensibilidad de la pared torácica disminuye de manera gradual al avanzar la edad, probablemente como consecuencia de la osificación de las articulaciones condrocostales, el incremento del diámetro anteroposterior del tórax, la cifosis y aplastamiento vertebral. La respuestas a la hipoxia y a la hipercadmia disminuyen con la edad por este motivo los ancianos son más vulnerables a la reducción de los niveles de oxigeno.
  
Además asociados al hecho de envejecer se producen también otros  cambios importantes como son la disminución de la capacidad física, aumentando las posibilidades de alteraciones posturales y pérdida de movilidad articular y flexibilidad y de deterioro de la capacidad funcional, aspectos que pueden agravarse como consecuencia de ciertos hábitos adquiridos y de la inactividad. Todo ello tiene como consecuencia una evidente disminución en la calidad de vida, generando una mayor pasividad y dependencia de los demás, no solo en lo físico y funcional, sino también en aspectos psicológicos.

La condición muscular es uno de los componentes de la condición física, y durante muchos años se ha reconocido su importancia en la realización de actividades, sobre todo en la edad avanzada ya que mover objetos, desplazarse, levantarse, subir escalones, etc., puede verse afectado generando dependencia. Así, una mejora de la fuerza, aunque sea pequeña, puede provocar cambios en la capacidad funcional que ayuden a conservar la independencia y a la realización de forma mas autónoma de las actividades básicas de la vida diaria (ABVD), motivo por el cual el estudio de la condición muscular es de especial interés.

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